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domingo, 31 de enero de 2010

DUELO A MUERTE 13 DE LA MEXICO

Julián López 'El Juli' y Arturo Macías han protagonizado un cara a cara de altura en la Plaza México, en la 13ª corrida de la Temporada Grande. El español y el mexicano no se han dejado ganar la pelea y se han dado réplica durante toda la tarde. Al final, el festejo se saldó con la salida por la Puerta Grande de ambos toreros, que lograron cortar dos orejas cada uno, en una tarde en la que Mario Aguilar confirmó la alternativa.

El Juli retornó a La México dejando una clara muestra de su disposición desde el saludo capotero a pies juntos al segundo de la tarde, así como el galleo para colocar al toro en el caballo y un quite por chicuelinas. Castigaron poco al toro, pero el animal era muy descastado y rajado.

El torero de Velilla de San Antonio no dudó nunca en la cara y, con una seguridad pasmosa, se plantó entre los pitones y le fue llevando tapado con las dos manos. A base de consentirle, El Juli acabó ganando la pelea y fue poco a poco sometiendo al astado. En un palmo de terreno, el diestro madrileño manejó al animal a su antojo, y los sombreros comenzaron a caer en el ruedo del Embudo de Insurgentes.

Le recetó una gran estocada y el toro cayó de forma espectacular.El público, entregado, le pidió con fuerza dos orejas que fueron concedidas. Con el cuarto, muy descastado y flojo, no estuvo mucho tiempo. Tras comprobar que no se tenía en pie y aunque hizo el esfuerzo, terminó por desistir.
Después de contemplar el triunfo de El Juli, Arturo Macías salió ante el tercero envalentonado en busca del triunfo. Lo toreó con voluntad y quietud con el capote, con el que realizó un ajustado quite por gaoneras. Ya con la muleta, el toro nunca terminó de romper, fruto de su falta de casta. Así las cosas, Macías tuvo que poner todo.

Fue un trasteo corto pero con intensidad, muy jaleado entre el público que llenaba en tres cuartos el coso de Insurgentes. No importaba el viento, y tras unas manoletinas finales, rubricó Macías con otra estocada con muerte espectacular para el animal. Dos orejas y una nueva salida en hombros.
El quinto, justo de fuerzas y descastado, se paró mucho en la muleta. Macías, con el apoyo del público, le arrancó algunos muletazos destacables, pero el astado no daba para más.

Mario Aguilar confirmó la alternativa con un toro de nombre Tamarindo, de Bernaldo de Quirós. Ante ese primero, al torero azteca le molestó el viento, lo que unido a las embestidas descastadas del animal, se tradujo en una actuación carente de transmisión. Ante el sexto pudo haber tocado pelo, pero marró con los aceros después de una faena valiente ante un toro violento.

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